Manual de Producción de ganado vacuno en la sierra. pdf Gratis

Las terneras representan el futuro de todo rebaño ganadero dedicado a la crianza de vacunos para la producción de leche o de doble propósito (leche y carne).

La importancia se sustenta en que las terneras recriadas adecuadamente en el establo, cuando llegan a la clase de vaquillonas, serán las que reemplacen a las vacas eliminadas del establo por problemas reproductivos y/o sanitarios o por bajo rendimiento en producción de leche.

además, debe resaltarse de manera relevante que cuando en un establo se planifica y ejecuta un adecuado programa de Mejoramiento Genético es obvio asumir que las crías (terneras) tendrán un mayor potencial genético comparado a sus progenitores (padres).

Por tales razones se recomienda aplicar eficientes programas de alimentación, manejo y sanidad en cada una de las etapas (terneras, vaquillas y vaquillonas) para garantizar la cantidad requerida de animales de reemplazo que servirán para reponer a las vacas eliminadas del hato para mantener la estabilidad poblacional e incluso para disponer de un mayor número de vaquillonas que podrán incorporarse al establo para incrementar la población ganadera, y de esta manera capitalizar la empresa.

Para demostrar de manera objetiva la generación de vaquillonas de reemplazo, se tomará como referencia el siguiente procedimiento de cálculo basado en índices factibles de lograr: Se estima que por cada 100 vacas con un intervalo entre partos de 12 a 13 meses, se puede lograr 90 partos efectivos, lo cual significa obtener 90 crías.

Se considera que al nacimiento de las crías hay un nivel de mortalidad de 5% (mueren 5) quedando 85 crías nacidas vivas. Asumiendo una proporción equitativa en referencia al sexo de las crías; se obtendrían 43 machos y 42 hembras.

MANEJO Y ALIMENTACIÓN DE LA CRÍA Y RECRÍA

Para empezar hay que tomar conciencia que la nutrición de la ternera lactante es crítica.

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Durante los primeros 30 a 60 días de vida, la fisiología digestiva de la ternera es similar a la de un animal monogástrico; por esta razón su estómago, no tiene la capacidad para digerir alimentos fibrosos como pastos y forrajes.

Si los programas de alimentación y manejo son adecuados, se espera que aproximadamente entre los 3 y 4 meses de edad el aparato digestivo de la ternera inicia su funcionamiento como el de un rumiante, y puede tener la capacidad de consumir pasto o forraje de manera limitada; siempre y cuando sea de buena calidad.

Se estima que entre los 6 y 8 meses de edad, la ternera completa el desarrollo de su sistema digestivo con lo cual está en condiciones de alimentarse con raciones basadas en forrajes o pastos de calidad; complementadas con la adición de vitaminas y minerales (premezclas)

Categorización de los animales

Cuando un establo lechero está sometido a un sistema de producción de crianza intensiva se recomienda agrupar a los animales en diferentes categorías según su edad y/o estado fisiológico con la finalidad de facilitar y optimizar la aplicación de los programas de alimentación, manejo y sanidad, siendo conformados estos grupos de acuerdo a las siguientes denominaciones

Ternera lactante: denominación que corresponde a una ternera menor, desde el nacimiento hasta el destete.

Ternera destetada: nombre que se da a una hembra bovina menor, desde el destete hasta los 4 meses de edad.

Ternera en crecimiento: denominación que corresponde a una hembra bovina menor, desde los 5 hasta los 12 meses de edad.

Vaquilla: nombre que se asigna a una hembra bovina joven, desde los 13 meses de edad hasta la edad en que es servida y queda preñada.

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Vaquillona: término utilizado para referirse a una hembra bovina joven, desde el diagnóstico positivo de preñez (17 meses en promedio) hasta la fecha de su primer parto (24 meses).

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